DOS RUTAS EN CAÑÓN DEL LUCHENA
LORCA-MURCIA
8 de febrero de 2022

ITINERARIO DE LA RUTA
Iniciamos la ruta en la presa del pantano de Valdeinfierno por un sendero ascendente, y campo a través llegamos al albergue de Casa Iglesias. Pasamos por el Mirador de la Culebrina o de los Forestales, y por un sendero descendiente llegamos a la Casa de la Chiripa. Visitamos el gran manantial de los Ojos del Luchena y seguimos río arriba por el Cañón hasta la presa. Por unas escaleras llegamos al punto de salida.








RECORRIDO Y PERFIL DE LA RUTA 2 DEL CAÑÓN DEL LUCHENA.



El Barranco del Luchena, también conocido como Cañón del Luchena, es un río de la región de Murcia que brota junto a la Casa de la Chiripa (cedida en la actualidad a los Scouts), bajo la buitrera del Cerro de los Machos y el Estrecho, cañón angosto y sinuoso donde se alza la presa del pantano de Valdeinfierno, en las Tierras Altas de Lorca.
Era un río subterráneo que se adscribía a la cuenca hidrográfica de la Sierra de María y brotaba en Topares (Almería). Ahora nace en el acuífero Pericay-Luchena, dos kilómetros más abajo de la presa de Valdeinfierno, donde termina el barranco tortuoso que hizo posible su construcción. Un estudio cifra su caudal en 340 litros segundo. Es zona con protección para las aves (ZEPA). Toda el agua que vierte este río, junto al río Vélez, es utilizada para riego, canalizándose hasta el pantano de Puentes, desde donde es transportada hacia la zona de regadío de Lorca.
La naturaleza de la roca caliza y la acción del agua, han originado un profundo desfiladero separando las sierras del Gigante y Pericay, perfilándose una larga sucesión de quebradas laderas y elevados despeñaderos.
Según un estudio del Comité Nacional Español de Grandes Presas, el manantial de los Ojos del Luchena, presenta un total de 10,72 hectómetros cúbicos al año de recursos hidrológicos renovables, los cuales son obtenidos de dos formas: 3,75 por infiltración directa del agua de lluvia y 6,97 por la infiltración de las aguas provenientes del río Caramel y de su embalse. Las aguas de la sierra, que deberían correr por el lecho de este cañón, desaparecen bajo tierra atravesando las montañas por un curso subterráneo, que más tarde reaparecerá en los conocidos Ojos del Río Luchena, dando lugar a un precioso nacimiento de importante caudal. La presencia de una falla de borde que superpone margas y margocalizas sobre carbonatos jurásicos que constituyen el acuífero, provoca el flujo de agua de circulación profunda hacia el manantial, siendo el principal punto de descarga de un extenso acuífero, que comprende los afloramientos carbonatados de las Sierras de Pericay, Larga y el Gabar.
La superficie de afloramientos es del orden de 100 km cuadrados. El manantial se mantiene mensualmente controlado por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).
La cuenca del río Luchena conserva en la actualidad una gran parte de su carácter ancestral, pero sin apenas transformación desde la Edad Media gracias a las escasas agresiones de un medio agrícola casi abandonado y apenas roturado por cultivos de cereal.
Rodeada por Sierra Espuña al Este, la Sierra del Madroño al Norte, la Sierra del Gigante al Oeste y la Sierra de la Torrecilla al Sur y rellena de margas y areniscas, su red hidrográfica ha dejado un territorio donde abundan los barrancos, las ramblas o las CÁRCAVAS.
Como contraste, el cauce del Luchena, aunque desaparecido en sus primeros kilómetros, salpica de vegetación de ribera su tramo medio y la desembocadura en el pantano de Puentes. También aparecen bancos calizos que por su morfología apenas se han visto afectados por la erosión de la red hidrográfica, formando taludes sin apenas vegetación que resaltan en el paisaje.
La buitrera del Cerro de los Machos es una cumbre redondeada que alcanza los 1.204 metros de altitud y baja en una rápida caída hasta el Estrecho del Luchena, destacándose por la densidad de su bosque y sus paredes verticales.
El LIC o Lugar de Interés Comunitario de Lomas del Buitre y Río Luchena acoge dos espacios o paisajes muy diferentes entre sí. Por un lado el río, ecosistema fluvial, y por otro las lomas y cerros cercanos donde el agua brilla por su ausencia. No obstante existe un rasgo común para los dos, la aridez del marco general en el que se encuentran.
El LIC comienza en el paraje conocido como Ojos del Luchena, ajustándose al cauce del río y, tras un recorrido sinuoso, cierra sus límites junto al Cabezo Negro.
La presa de Valdeinfierno se construyó para regular la circulación hídrica del río Guadalentín. Las obras se paralizaron en el año 1806, sin terminar su construcción, por no poderse maniobrar las compuertas de su desagüe de fondo, a partir de la primera avenida que sufrió, quedando el lecho del embalse casi colmatado, (rellenado mediante sedimentación de materiales transportados por el agua) y con poca agua. En un principio tenía una capacidad de 16,5 hectómetros cúbicos.
La presa de Valdeinfierno ha sido clasificada en categoría A, según resolución de la Dirección General de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas del Ministerio de Medio Ambiente de fecha 25 de julio de 2001,tomando como base la propuesta en función del riesgo potencial derivado de la posible rotura o funcionamiento incorrecto.
La escasez de lluvias, y su gran irregularidad en la cuenca de aportación del embalse de Valdeinfierno, ha sido lo que siempre ha dificultado, no ya la ampliación de la zona regable de Lorca, sino su normal explotación en un terreno y un clima óptimo para obtener excelentes cosechas. El problema de la falta de agua, o de la oportunidad de la misma, ha sido siempre acuciante. Los usuarios del regadío de Lorca habían llegado, desde muy antiguo, a la convicción de que con los recursos propios de sus ríos inmediatos siempre tendrían dificultades para regar sus cultivos, por lo que ya en 1550 solicitaron de los poderes públicos la traída de aguas de los ríos Guadal y Castril, de la cuenca del Guadalquivir, redactándose los correspondientes proyectos en el año 1576 durante el reinado de Felipe II, pero las obras no se iniciaron hasta el reinado de Carlos III, viéndose interrumpidas poco después por la oposición de los usuarios de la cuenca del Guadalquivir.
Ante tales circunstancias, el Rey Carlos III desistió del citado trasvase y, en compensación por ello, por Decreto de 11 de febrero de 1785, dispuso la construcción de las Presas de Puentes y Valdeinfierno; la primera sobre el Río Guadalentín, y la segunda sobre su afluente el Luchena. Las dos presas se ejecutaron de acuerdo con el Decreto, dándose comienzo a la vez en marzo de 1785. La Presa de Puentes se finalizó en 1791, quedando derruida en 1802 y volviéndose a ejecutar posteriormente en una cerrada ubicada aguas abajo de la primitiva.
El ser humano ha habitado la cuenca del Luchena desde el Paleolítico. Así desde los primeros pobladores del Cerro del Buitre hasta los castillos medievales se percibe que todo el espacio ha tenido una gran importancia estratégica, ganadera y agrícola.
En lo relativo a las labores agrícolas de la zona y que condicionan y determinan las características del paisaje destacar los campos de cereal, principalmente en los llanos y piedemonte, a relativamente poca distancia del río. Además, el paisaje queda modificado por explotaciones ganaderas intensivas, principalmente porcinas y avícolas, que se han instalado aquí en las últimas décadas y que han sustituido a los antiguos cortijos, corrales y veredas del entorno.

FAUNA Y FLORA.

En la FLORA del lugar prodomina el bosques de pino carrasco. El sotobosque es de tipo mediterráneo y se encuentra bien desarrollado, se compone de enebros, coscojas, sabinas y jaras
así como de retazos de antiguos bosques de encinas y quejigos.
Taray, carrizos, zarzas, escaramujos, enebros y plantas junciformes. Así como retama, lentisco, estepa, romero, escobilla, matapollo, hierba mosquera y tapeneras.

En cuanto a la FAUNA se encuentran ejemplares de aves rapaces como el águila real, águila culebrera, águila calzada, halcón peregrino, búho real y buitre leonado. Además de pájaros carpinteros, carboneros, herrerillos.
Mamíferos como ardillas, lirones, ginetas, gatos monteses, arruís, muflones y jabalís.
También está la tortuga mora, el pito real
la culebra viperina, el galápago leproso, el barbo gitano y el zapatero.

8 comentarios:

  1. Es muy satisfactorio recorrer ese imponente cañón.

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  2. El pantano de Val de Infierno una pena. Totalmente vacío. El Cañón impresionante no decepciona.El nacimiento del Luchena precioso.

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  3. Hay unos paisajes increíbles en cada revuelta del cañón pero lo más de lo más es darse un baño en la poza del manantial.

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  4. Una ruta preciosa, por el paisaje que lo forma. Un buen baño en el cañón (eso sí en verano) sería estupendo.
    Sitio maravilloso de contrastes.

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  5. Una nueva ruta una nueva experiencia y como siempre extraordinaria.

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  6. Magnifico reportaje que refleja y da una muestra clara de la singularidad de una ruta espectacular,de un cañon majestuoso y de un entorno que te sobrecoge y te hace complice de su belleza extraordinaria......si ademas nuestro Paco Blanco le aplica su talento,conocimiento y sabiduria.....¿quien da mas ?.....haber quien supera este trabajo....ni siquiera unas buenas migas con un fuego de hogar en una tarde lluviosa,y eso ya es decir.

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